A veces me quedo atascada en un por qué.
Una acción de otra persona, o mía propia, me puede dejar días pensando en bucle: por qué por qué por qué. Como una canción pegadiza.
A pesar de mis esfuerzos por no suponer, la necesidad de saber qué ha habido detrás, me puede. Y por experiencia diré que un ¿por qué?, no suele llevar a ninguna parte. Bloqueo total.
Dándole vueltas a este «por qué» incesante, de pronto me he visto como «Alicia en el País de las Maravillas».
Igual que Alicia, buscando respuestas sensatas en un mundo de locos. He preguntado al oráculo sobre esto. Me ha respondido con un artículo que me ha dado la solución perfecta, poniendo como ejemplo la conversación de Alicia con el gato. Esto sí que es una maravilla.
Prueba a preguntarte más a menudo “¿cómo?” o “¿para qué?” en vez de “¿por qué?” y hallarás respuestas más útiles, te conocerás mejor y tomarás mejores decisiones. El por qué nos lleva hacia el razonamiento lógico, a hablarnos desde la mente consciente, lógica, estructurada y eso nos impide ver nuestra situación de manera global, teniendo en cuenta todas las variables. El ser humano tiende a dar razones lógicas a decisiones y acciones que toma desde el inconsciente, desde las emociones. Por ello siempre será más útil saber “cómo” que “por qué”.
(Fuente, de la que no me responsabilizo en absoluto: http://www.boycehypnosis.com/Alicia_gatoCheshire.aspx)
Pero, ¿cuál es la auténtica diferencia entre por qué y para qué?
El “por qué” satisface tu mente. El “para qué” llena tu corazón.
El por qué se refiere a la justificación, la razón. Apunta al pasado.
Mientras que el para qué apunta al futuro y despierta la creación de significados.
(Fuente, de la que no me responsabilizo en absoluto: http://pasionenaccion.com/la_diferencia_e)
El «para qué» es un impulso que, bien complementado por un «cómo», nos pone en marcha. Preguntarse «para qué» y «cómo» siempre nos llevará a mejor puerto que un «por qué».
¡Suerte de Google y de todas las personas que comparten sus descubrimientos!
(Ilustración de Alicia en el País de las Maravillas, original de Sir John Tenniel)