La vida me vive.
Lo más a lo que aspiro es a no interponerme, a saber dejarme vivir por ella.
A saber estar en mi.
A partir de ahí ya me puedo relacionar con otros y otros conmigo.
Entonces comienza el baile.
¿Cómo salir del pequeño recinto que es mi cabeza y reconquistarme hasta las puntas de los dedos de los pies?
Meditar y bailar: practicar los cinco ritmos.
Gabrielle Roth, propone una secuencia de ritmos por los que vas pasando como si se tratara de una ola: fluido, staccato, caos, éxtasis y quietud.
Tengo muchas ganas de escribir sobre los cinco ritmos, pero este vídeo hablará mejor de ellos que yo. Y, en cualquier caso, no es algo de lo que se pueda hablar, o que se pueda mirar. Solo experimentándolo se puede saber qué es. Para cada uno, es diferente. Y en cada ocasión, es diferente.