El blog de la mano que piensa

Al solecito (de mis clientes)

Photo by Jorge Reyna on Unsplash

Puedo pasar días preguntándome si lo he perdido. Sin duda estuvo ahí, pero hay épocas de parón. Días, semanas e incluso meses en que me pregunto dónde se fue la claridad.
A veces pierdo la esperanza. Nada puede ayudarme a volver ahí.  Pero siempre hay alguien que de pronto dice las palabras correctas. Escucho una frase.

Y no es una frase de facebook ni de instagram ni de un libro ni de una película ni de un artista ni de un filósofo ni de un gran pensador ni de un iluminado… o tal vez sí, lo mismo mi clienta está iluminada. Sí, sin duda lo estaba en ese momento. ¿Cómo si no ha podido pasar de hablar del espacio en gigas del servidor de su web a la evocación de una sensación para atraerla?

Simplemente imagina la sensación que quieres para ti. No vayas al detalle, solo la sensación.

Alguien que al otro lado del teléfono, en una conversación de trabajo, entre drives, dropbox, ficheros y categorías me hace este regalo.

Gracias, Cristina.